En un año, el subsidio a los combustibles (nafta, diésel y gas licuado de petróleo) subió el 72%. Mientras a mayo del año pasado se habían pagado en subsidios unos $ 429,4 millones, en el mismo periodo de 2018 ya se han cancelado $ 738,9 millones, según cifras del Banco Central del Ecuador.
Además, el Gobierno calculó pagar unos $ 1.700 millones en subsidios en el 2018, mientras que en 2017 solo el de estos tres combustibles llegó a $ 1.200 millones. El de naftas se incrementó en 98%.
Una de las consecuencias de la recuperación del precio de crudo, que le permite al Gobierno recibir más recursos, es un incremento del precio de los derivados importados.
Tal vez por ello, y por la falta de liquidez, el ministro de Finanzas, Richard Martínez, ha puesto sobre la palestra el debate de la focalización de subsidios. A título personal, aseguró que él considera una ‘aberración’ que cada vez que tanquea su carro el Estado le regale dinero por el combustible.
El analista Alberto Acosta Burneo coincide con el ministro en que los subsidios a los combustibles pueden resultar muy ineficientes: “¿Quién es el que más subsidio recibe? En los autos, los que tienen los carros más grandes y de mayor gama, son los que más reciben, no son los más vulnerables”.
Todos los ciudadanos que tanquean su carro pueden verificar el subsidio recibido en su factura. Como ejemplo, una persona que paga $ 15 de gasolina, recibe $ 4,35 de subsidio.
La posibilidad de focalizar subsidios recibió respaldos. Por ejemplo, Oswaldo Jurado, dirigente de la Cámara de Distribuidores de Derivados de Petróleo del Ecuador (Camddepe), opinó que es necesario.
La Cámara tiene una fórmula que ha tratado de hacer llegar a las autoridades: eliminar la gasolina extra, dejar la súper con el precio actual y crear una superior a la súper para quienes quieran usar una más amigable con el ambiente y el motor. En este proceso se podría subir la utilidad a los gasolineros.
Mesías Tatamuez, presidente de la Cedocut, se mostró de acuerdo con la focalización de los subsidios, mas no con su eliminación total. “Demandamos del Gobierno un estudio serio y la aplicación de un principio de justicia social para focalizar estos subsidios, en donde las clases pudientes, las grandes fábricas y las grandes empresas del país paguen el justo precio del gas, diésel y demás combustibles”, declaró.
Señaló que una eliminación generalizada sería parte de una directriz del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Acosta Burneo comenta que la racionalización de subsidios debe hacerse de manera progresiva; por ejemplo, aumentando 5 centavos al precio del galón por mes durante dos años. En el caso del diésel, dice que se debería poner a niveles internacionales, pero garantizando que el pasaje no suba.
Fernando Santos Alvite, exministro de Energía, opina que Ecuador busca la ayuda del FMI, el cual siempre recomienda eliminar los subsidios. Y advierte que es posible que acepte hacerlo por la compleja situación económica.
Sin embargo, reconoce que el riesgo político es alto. “El Gobierno corre un riesgo porque el pueblo está acostumbrado a estos subsidios”, dice. (I)
Derivados
La importación de nafta, en volumen, creció de 6,49 millones de barriles de enero a mayo del 2017 a 7,2 millones en el mismo periodo del 2018. El diésel pasó de 7,5 millones a 7,7 millones; y el gas, de 4,07 millones a 4,4 millones, según cifras del Banco Central del Ecuador.
Fuente: El Universo