Los ecuatorianos deben a todos. La banca privada presenta una morosidad de 3.2%. Los créditos más comunes son los educativos, de vivienda, consumo y comerciales. 827 millones de cartera está vencida o no devenga intereses. Los expertos señalan que hace falta más formación en temas de finanzas personales.
En las finanzas familiares hay deudas buenas y malas. En Ecuador más de la mitad de las familias tiene un compromiso crediticio invertido en capital de trabajo, hipoteca o educación. De acuerdo a una investigación de la Fundación Crisfe, “cerca de un tercio de los hogares tiene deudas de consumo en tarjetas de crédito, autos o incluso en fiestas de matrimonio, quinceañeras o priostes…”.
Pero ¿por qué se endeudan los ecuatorianos? Porque gastan más de lo que tienen, les falta educación financiera para hacer presupuestos y ahorrar.
Por eso expertos en finanzas entrevistados coinciden en la necesidad de reforzar la educación financiera desde la casa, emprender una cultura de ahorro, hacer un plan de gastos y conocer los riesgos de asumir una deuda que luego es impagable. Sin embargo, en la Superintendencia de Bancos no hay una cifra exacta de deudores, pero sí de montos.
A mayo de este año, la tasa de morosidad en el país fue del 3.2%, lo cual se traduce en $ 827 millones de cartera que está vencida o que no devenga intereses. En 2017, la tasa de la banca privada fue de 3.6%, es decir, se ha reducido en 0.4 puntos porcentuales. Esa cantidad es el saldo que potencialmente podría no llegar a cobrar la banca. “Se realizan provisiones por si eso sucede. Ahora se tienen $ 1.802 millones de cobertura, es decir, la cartera improductiva está cubierta en un 118%”, explica José De Souza, analista económico de la Asociación de Bancos del Ecuador, Asobanca. Si se analizan las deudas por provincia, por ejemplo, Pastaza y Napo presentan la morosidad más alta, con 9.8% y 9%, respectivamente. “Mientras que Galápagos tiene una cartera bastante sana, 2.0%”, añade De Souza.
La analista macroeconómica, María de la Paz Vela, explica que el crédito que usan los hogares, llamado técnicamente doméstico, viene del sector privado. Por ejemplo, de enero a abril de 2018 fue concedido un 82% por las entidades de este sector, que representa $25.640 millones. Mientras un 18% ($5.760 millones) fue financiado desde las cooperativas.
Según Vela, el sistema debe equilibrarse para evitar problemas en las entidades crediticias. “Aunque la cartera creció en 2018 en bancos y cooperativas, el menor ingreso de capitales externos, que afecta este año a la economía del país, reducirá el crecimiento en el segundo semestre de este año”, dice.
Deudas buenas
Por eso el crédito para los hogares está destinado a pagar una vivienda, estudios, electrodomésticos, ropa, vacaciones, tecnología, comida… son algunos de los motivos para endeudarse. Bertha Romero, experta del programa de educación financiera Tus Finanzas, asegura que los compromisos no tienen que ser vistos siempre como algo malo. Es decir, si alguien adquiere una obligación económica por un bien de largo plazo, como una casa o estudios, “esas son más que deudas metas financieras”. El problema se da cuando las personas se endeudan por consumir. “Hay que tener cuidado. Por las facilidades de pagos en cuotas la gente cae y luego no tiene cómo pagar”, señala Romero. Un ejemplo de eso son las vacaciones.
Cuando Amparo Esparza se fue a Europa pagó $7.500 con su tarjeta, pero hoy sigue pagando. El viaje le duró 15 días, pero la deuda lleva más de 3 años. “Entre pasajes y gastos el viaje se me fue de las manos”, confiesa la abogada de 31 años. Romero aconseja que para gozar de unas vacaciones es mejor ahorrar mes a mes una cantidad destinada a ese fin. La experta recalca que los ecuatorianos a veces se “endeudan en deseos”. Jorge Cadena, especialista en finanzas personales y empresariales, concuerda con Romero. Él recomienda que las personas tengan una sola tarjeta de crédito para usarla en emergencias o como un medio de pago en lugar del efectivo. “A fin de mes se debe pagar la totalidad. Lo más absurdo es diferir la comida que se acaba en un mes a plazos de 3 meses o más”. En su experiencia como director de Arregla tus deudas, una reparadora de crédito, tiene clientas que hicieron la fiesta de 15 años y pagaron $ 8.000 diferidos con tarjeta. “Luego en un mes que no pueden pagar, la deuda se hace impagable y piden que se les ayude a refinanciar”.
Cadena da un ejemplo claro de cómo una deuda puede convertirse en un verdadero problema, cuando un monto de $1.000 puede llegar a pagarse por 20 años si solo se cubren los montos mínimos. La empresa Arregla tus deudas en 2 años de vida ha atendido a más de 1.000 clientes en todo el Ecuador. Ellos analizan cada caso y la capacidad de pago, y les enseñan a ahorrar para ir pagando las deudas. Son los intermediarios entre los deudores y las instituciones financieras o entes con los cuales se tengan las obligaciones. Así se les apoya para subir de calificación en la Central de Riesgos. La ganancia mensual para la empresa es de 0,55% del monto adeudado por un cliente. “Somos negociadores, conocemos el sistema financiero y las leyes”, dice. Uno de los casos más recordados fue cuando ayudaron a un empresario que había acumulado más de $ 600.000 en deuda. Su situación era complicada, debía en tarjetas de crédito más de $ 50.000, había conseguido dinero al chulco, tenía compromisos con el Servicio de Rentas Internas (SRI) y con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Al final de esta historia el empresario comprendió que era necesario planificar y está superando sus inconvenientes. Romero y Cadena sostienen que lo mejor es prevenir. Eso se logra planificando los gastos en familia para hacer un presupuesto tomando en cuenta deudas e ingresos y siempre ahorrando.
Un colchón para los imprevistos
Una encuesta realizada por Tus Finanzas reveló que en el país no hay una cultura de ahorro. De 5.000 adultos el 56% respondió que no podría cubrir un imprevisto de $ 1.000 sin contraer una nueva deuda. Por eso Romero recalca que es fundamental el ahorro. La experta aconseja a los hogares que puedan hacer un fondo de inversión que sume 3 salarios mensuales. Es decir, si una persona percibe el salario mínimo debería tener unos $ 1.000 guardado para imprevistos. Para Cadena el ahorro es vital y dice que también debemos acostumbrarnos a contratar seguros de vida y de bienes para protegernos de cualquier urgencia que pudiera ocurrir. “Debemos volver a los tiempos en los que los niños no solo pedían, sino que también tenían una alcancía para ahorrar dinero para algo especial”, concluye el analista.
Fuente: El Telégrafo