¿Qué es el blockchain? En los últimos tiempos se ha escuchado hablar mucho acerca de esta palabra, pero para simplificar su complicado concepto, te lo resumimos como una cadena de bloques de información que actualmente promete ser «inhackeable», la particularidad del blockchain es que la información no está centralizada en un servidor específico como Google, Facebook, Microsoft o tu banco de confianza por citar unos ejemplos, sino que se distribuye en todos y cada uno de los dispositivos del mundo que estén conectados a esta tecnología (computadoras, celulares o tabletas), la información encriptada permite que solo el dueño de la misma pueda tener acceso a su contenido.
Blockchain en la banca
Pongámonos en situación. Lo normal es que si una persona llamada por ejemplo Pedro quisiera enviarle 1.000 dólares a otra persona llamada por ejemplo Ramiro, lo normal es que la operación se realizase a través de un banco o entidad financiera. Ese banco actúa como intermediario de esa y otras muchas transacciones, centralizando de forma efectiva el movimiento de capital de un lado a otro.
Pedro le pediría a su banco que retirara los 1.000 dólares de su cuenta y los transfiriese a la cuenta de Ramiro: en apenas unos minutos u horas (dependiendo del banco) ese banco habrá realizado la transacción, restando 1.000 dólares en su cuenta y comunicando al otro banco que debe añadir 1.000 dólares en la cuenta de Ramiro. Alguien en el banco de Ramiro (una cajera o un programa informático) anotará que en la cuenta de Ramiro hay 1.000 dólares más procedentes de la cuenta bancaria de Pedro.
Esa gestión no ha necesitado de un intercambio de billetes de un lado a otro, sino que simplemente ha habido uno o dos bancos que se han encargado de hacer que el dinero pase de uno a otro con un simple cambio en los balances contables de sus cuentas. Todo estupendo y fantástico, salvo por un problema:
Los usuarios que realizan este tipo de transacciones, están sujetos a las condiciones y la confianza que mantienen con la entidad, sin embargo han existido casos en que el informático, la cajera o simplemente por un acto malicioso o de impericia, aparecen movimientos que no autorizaste, el control lo tiene el banco y tú solo te basas en la esperanza de que hagan bien su trabajo. La confianza total en las entidades financieras es todavía una utopía y es ahí donde aparece el blockchain, no solo para información financiera, la cadena de bloques tiene un infinidad de aplicaciones que revolucionarán al mundo.
Así funciona una transacción blockchain en las finanzas
El proceso es relativamente sencillo, pero como decimos implica a más personas. Ahora Pedro y Ramiro no están solos, y formarán parte de un gran grupo de usuarios en todo el mundo que se encargan de comprobar que todo el proceso se produce correctamente.
Si comprendiste como funciona el blockchain, pues el mismo principio es lo que usa el bitcoin para realizar transacciones.
Si Pedro quiere retirar un bitcoin de su cuenta para dárselo a Ramiro, primero avisa a todo el mundo con una peculiaridad: nadie sabe que Pedro es Pedro y que Ramiro es Ramiro. Solo saben que desde una cartera digital (lo que sería una cuenta bancaria) se quiere transferir esa cantidad (que sí se conoce) a otra.
Pedro, por lo tanto, avisa de sus intenciones, pero sin revelar su identidad: «¡chicos, quiero mandarle un bitcoin desde mi cartera a esta otra, por favor, actualizar los libros de cuentas!». Al enviar ese mensaje, todos los usuarios de esa red primero comprueban que Pedro la cartera de origen tiene suficiente dinero para enviárselo a la cartera de destino. Si es así, todos anotan esa transacción, que pasa a completarse y a formar parte del bloque de transacciones. Eso sí: todavía no están registrados en esa base de datos de forma definitiva.
A medida que pasa el tiempo, más y más transacciones van completándose y pasando a ese bloque, que tiene una capacidad limitada que depende de la estructura de la cadena de bloques y del tamaño de cada transacción. Cuando un bloque ya no admite más transacciones, llega un momento importante: el de «validarlo» o «sellarlo», que es lo que los usuarios hacen cuando hacen minería de bitcoin.
Los mineros digitales
Ese minado de bloques consiste en la realización de una serie de complejos cálculos que requieren tiempo y (cada vez más) electricidad, pero cuando el proceso esos bloques quedan registrados de forma permanente en esa cadena de bloques, no pueden ser modificados sin que se alteren todos los bloques que están enlazados con él, una operación que además necesitaría que la mayoría de los nodos la validen.
En esa red P2P los mineros reciben avisos de nuevas transacciones y las reúnen en un nuevo bloque, pero lo hacen además compitiendo con otros mineros, porque el primero que logra crear un bloque válido y lo sella recibe bitcoins (si está minando bitcoins, claro) por ese servicio. Gracias al uso de una cadena de bloques común que se sincroniza entre los nodos se logra la irreversibilidad de las transacciones, lo que permite que nadie «truque» el sistema o haga fraudes para beneficiarse, modificando el libro contable para desviar dinero (bitcoins en este caso) de un lado a otro sin que otros se enteren.
De hecho añadir nuevos bloques es un proceso cada vez más costoso, lo que hace normalmente que los mineros trabajen agrupados (los famosos «pools» que funcionan de forma similar a una cooperativa) en lugar de trabajar por sí mismos («solo mining», con unas probabilidades de éxito/recompensa muy bajas). Cuando uno de los mineros resuelve el problema criptográfico que representan los cálculos para «sellar» un bloque, avisa a los demás, que comprueban que efectivamente es así y añaden ese bloque a la cadena de bloques completa que tienen en sus ordenadores.
Ese libro de cuentas no solo está distribuido y es seguro: los bloques enlazados (de ahí lo de cadena de bloques) cuentan con un puntero hash (codificado) que enlaza al bloque anterior, además de una marca de tiempo y los datos de la transacción, y esa información es pública. ¿Qué significa eso? Que la cadena de bloques, aunque protege la privacidad de sus usuarios, sí que permite controlar la trazabilidad de esas transacciones.
O lo que es lo mismo: permite saber todo el camino que ha seguido el bitcoin de la cartera que pertenece a alguien (en este caso a Pedro, aunque su identidad no se conoce por el resto de usuarios) antes de llegar a la cartera de otro alguien (de Ramiro, aunque su identidad no sea conocida por el resto de usuarios).
El propio diseño de la cadena de bloques tiene ventajas claras, y por ejemplo confirma que cada unidad de valor (por ejemplo, cada bitcoin) solo se ha transferido una única vez, lo que evita el tradicional problema con el doble gasto de monedas digitales o con el dinero falso, que reduce la confianza de los usuarios en esa moneda y también en la propia circulación de la misma.
La banca y el blockchain
Aunque para muchos bancos la cadena de bloques podría representar un peligro, hay otros que lo ven como un modelo tecnológico de inclusión financiera, especialmente para entidades en crecimiento o los recientes bancos digitales denominados «Fintech» por sus siglas en ingles, el uso de medios de pago seguros permite que las micro-financieras que no tienen mucha madurez y por ende menor grado de confianza puedan optar por una moneda descentralizada que brinda seguridad a sus usuarios.
Luego de la revolución del Internet solo nos hacía falta un manera segura de compartir nuestra información y ahora tenemos la posibilidad de empezar una nueva revolución que monopolice la confianza de almacenar nuestra información más importante con la seguridad que siempre será real y verificada.
Fuente: Xataka