Conozco personas que contabilizan ‘exactamente’ lo gastado y revisan todos los días sus inversiones, mientras otros no saben ni a dónde se fue el dinero y mucho menos tienen una meta de ahorro clara. Esto es independiente del nivel socioeconómico, es más bien un tema de vocación, pues hay quien tiene predisposición al registro y a las finanzas, en tanto otros aborrecen los números y el control.
En esta ocasión propongo una ‘metodología a mano alzada’ para quienes se niegan a meterse de lleno a su administración, pero que reconocen la necesidad de darle sentido, porque los problemas son agobiantes o temen la descomposición ante el desorden.
El punto de partida es entender la relación 80/20 que todos tendemos a sostener. Es decir, hay un 20 por ciento de conceptos que consumen 80 por ciento de nuestro gasto. La tarea es identificarlo para llevar a cabo un monitoreo de ese pequeño universo.
Para hacer sencillo el proceso, identifica siete rubros generales a los cuales destinas tu dinero. Te podría adelantar que ahí estarán conceptos como la renta o hipoteca; los servicios como la luz, el gas y el agua; los víveres, con el mandado cotidiano; la diversión, con los antros y seguimiento de hobbies; tal vez la telefonía, con algún plan muy alto en cobertura; la compra de gadgets como celulares, tabletas o computadoras; o las vacaciones a lugares paradisiacos.
Calcula los gastos hechos en esos destinos elegidos y determina cuánto ‘deberías’ erogar en cada uno. La tarea es simple porque sólo tendrás que monitorear esos aspectos y cuidar que no se salgan del parámetro previamente establecido. Con ello le vas a bajar un porcentaje considerable a tus descalabros.
Sería engañarte afirmar que con esto se resolvió cualquier desbalance; sin embargo, es un buen comienzo y en la medida en que se vean resultados en términos de ahorro o mayor tranquilidad financiera, será factible trabajar sobre ese 20 por ciento pulverizado en infinidad de tópicos, pero que nos darían un margen de maniobra amplio.
Existen aplicaciones en el mercado que te ayudan a organizarte para cubrir los siete rubros elegidos, desde recordatorios, tareas por hacer o sistemas para contabilizar los gastos. Mínimo, lleva una hoja electrónica con esos pocos datos para que veas la gran facilidad con la que es posible darle orden a tus finanzas.
Fuente: El Financiero