La dicha sí tiene un sinónimo y es el día de pago. Es ese momento en que todos preguntan de un lado a otro: “¿Ya depositaron?”. Hasta que se aparece el que, con iphone en mano, afirma efusivamente: ¡Ya!
A muchos les regresa el color, otros más suspiran aliviados y más de uno se contiene de arrojar por los cielos las decenas de hojas que se acumulan en su escritorio.
Lo malo es que en cuanto tenemos ese dinero en las manos ya no sabemos qué hacer. Por eso, esta vez te dejamos los 5 errores por los que todos atravesamos después de que nos pagan:
1. Celebrar el día de pago. Cuando nos cae dinero sentimos que podemos hacer lo que queramos y podemos fácilmente olvidamos de todos nuestros compromisos. Así que, en cuanto te llegue, reserva lo que será para tus pendientes, tu ahorro y tus deudas. Lo que quede, ese sí, es un boleto 100% libre para divertirse a lo grande.
2. Es hora de… ¡Ir de compras!. Has oído la expresión: «El dinero me quema las manos». Si eres de l@s que apenas les avisan de que ya tiene dinero en su tarjeta de débito y encamina sus pasos a algún centro comercial para comprar eso que le gustó la semana pasada, detente y mejor programa esa compra para el final de quincena.
3. Quién necesita la fondita: Al principio de la quincena comes como la realeza pero para los últimos días aplicas las de la lata de atún bajo el pretexto de que estás dandole con todo al gimnasio. Se trata de pasarla bien no caer en los excesos, así que sólo mídete y de inmediato todo mejorará.
4. Ahorrar sólo lo que te sobra: “Ahora sí, por todos los dioses del cosmos, que sí empiezo a ahorrar”. No dejes que esto se convierta en una frase perdida, de esas que nunca pasan. Aparta el dinero de inmediato y ponlo en una caja chica. O simplemente programa retiros de acuerdo a tus metas de ahorro. Y sobre todo, no lo dejes a tu alcance porque puede que no llegue al final del mes.
5. Siempre hay un lugar para el Rey de la Noche: “Viernes, quincena y… tu cuerpo lo sabe”, ¡Espera! Antes de que salgas a conquistar la noche, mejor retira lo que sabes que sí te puedes gastar y lo demás dejálo en casa, no vaya a ser la de malas.
Fuente: Piggo