Hacer posible sus sueños a través del ahorro y la inversión

Hay dos formas de ganar dinero:
1. Trabajar para ganar su dinero.
2. Hacer que su dinero trabaje para usted.

Una vez saneada su situación financiera con una gestión prudente del endeudamiento, podrá empezar a poner parte de su dinero a trabajar para usted a través del ahorro y la inversión.

Incorpore el ahorro a su presupuesto

En cuanto empiece a recibir ingresos, debe convertir el ahorro en parte de su vida.
La mejor forma de hacerlo es «pagarse a uno mismo primero», nada más recibir el salario del mes y antes de tener la oportunidad de gastarlo. Aparte una cantidad todos los meses e ingrésela en una cuenta de ahorro remunerada (hay mucha oferta de cuentas de ahorro a la vista que pagan un tipo de interés atractivo). Pronto tendrá acumulado un pequeño capital y podrá estudiar otras opciones de inversión para sacar todavía más rendimiento. Pero, de momento, abra esa cuenta remunerada ya y adquiera la costumbre de «pagarse primero». Es más fácil de lo que parece. Ojos que no ven, corazón que no siente. Si no dispone de ese dinero, no lo gastará.
Con el tiempo, el objetivo debe ser ahorrar como mínimo el 10% de sus ingresos, pero cualquier porcentaje es mejor que nada. Es un error pensar que no merece la pena ahorrar una cantidad pequeña. Como vemos en el siguiente cuadro, ahorrando menos de 1 euro al día se puede acumular un fondo considerable.

Un paso esencial para elaborar su presupuesto es conocer bien en qué gasta su dinero. Si lleva un control minucioso, apuntando todos sus gastos durante un mes, se sorprenderá de las posibilidades que tiene para hacer pequeños recortes que ni siquiera echará en falta. Pruebe la calculadora para ver el impacto de ahorrar e invertir ese dinero.

La Inversión

Invertir no es lo mismo que ahorrar. Ahorrar es no gastar el dinero para poder acumularlo. Puede ser debajo del colchón o, más recomendable, depositado en algún instrumento financiero que pague interés, lo que contribuirá a que acumule todavía más.
Invertir, en cambio, significa arriesgar parte de ese dinero con la esperanza de ganar más a cambio. Podrá tener la posibilidad de ganar mucho pero también la posibilidad de no ganar nada e incluso de perder el dinero invertido. La diferencia entre ahorrar e invertir es, precisamente, esa incertidumbre o “riesgo”.
El ahorro y la inversión van de la mano, porque sólo podrá invertir si ha acumulado antes.

¿Por qué usted va a correr un riesgo con su dinero?

La respuesta es porque busca mayor rentabilidad. Cuanta mayor sea la rentabilidad potencial de una inversión, mayor el riesgo. Si invierte parte de su dinero, de forma prudente, en instrumentos como bonos y acciones, corre un riesgo; sin embargo, a largo plazo es probable que obtenga más rentabilidad que si lo dejara todo en una cuenta bancaria.

Repase sus objetivos financieros y determine cuánto tiempo y cuánto dinero necesitará para cumplirlos. Para aquellos objetivos a corto plazo, es decir aquellas cosas que necesitará pagar dentro de un año o dos, es mejor guardar el dinero en productos seguros y líquidos, como cuentas o depósitos bancarios. Pero para aquellos objetivos con plazos de cinco o diez años o más, puede ser interesante arriesgar parte de su dinero en uno o varios de los productos de inversión que hemos mencionado.

En general, cuanto más tiempo tiene, más riesgo puede correr. Las inversiones a largo plazo tienden a diluir el riesgo de las subidas y bajadas diarias de los mercados financieros. Y cuando uno es joven, cuenta además con más oportunidades para recuperar posibles pérdidas.

Fuente: Finanzas para todos