Ya hemos comentado que para algunas adquisiciones resulta más beneficioso endeudarse que desembolsar su precio en efectivo. Sin embargo, para otro tipo de compras es muy poco recomendable.
Deuda «buena»
En términos muy generales, tiene sentido endeudarse para adquirir bienes o servicios que puedan:
- Aumentar su valor con el paso del tiempo, de forma que en el futuro valdrán más de su precio inicial más coste de financiación (por ejemplo, una vivienda u otro inmueble).
- Generar ingresos (por ejemplo, los gastos en formación o el lanzamiento de un negocio) o reducen gastos durante la vida del préstamo (por ejemplo comprar una casa para no tener que pagar alquiler) por importes que superan los costes de la deuda.
Estos dos ejemplos primeros se corresponden a productos de inversión.
Resultar necesarios, pero que no se podrían pagar en efectivo sin liquidar los ahorros u otras inversiones (por ejemplo un coche). OJO: necesarios significa imprescindibles, no deseables.
En todos los casos, consulte el presupuesto y no asuma ninguna deuda si no puede cumplir con las cuotas. Cuanto más ahorremos para pagar la entrada, menos mensualidades, o más bajas, tendremos que afrontar.
Deuda «mala»
Por supuesto, las deudas «malas» incluyen todas las que se contraen para adquirir bienes que no necesitamos o que no podemos permitirnos (por ejemplo el televisor plasma de 60 pulgadas).
También se considera una práctica muy negativa utilizar préstamos de consumo cuyos plazos de amortización sean superiores a la vida del producto financiado. ¿Quién quiere tener que seguir pagando unas vacaciones dos años después de disfrutarlas? Para gastos que se consuman rápidamente siempre es preferible ahorrar hasta poder pagarlos en efectivo.
Deuda «muy mala»
Las peores deudas son las que tienen una TAE muy elevada: los descubiertos en cuenta, créditos de los cajeros automáticos, pagos aplazados de las tarjetas de crédito y los créditos rápidos.
Estas deudas son sumamente peligrosas porque si no se controlan puede provocar el efecto bola de nieve y crecer con gran rapidez.
Antes de endeudarse por una nueva adquisición, consulte el presupuesto. Calcule cuánto van a suponer al mes los gastos adicionales del reembolso del préstamo o crédito más los intereses. Conteste sinceramente las siguientes preguntas:
¿Lo necesita?
¿Lo necesita ahora o podría esperar hasta poder pagarlo en efectivo?
¿Cuánto más le va a costar comprarlo con crédito que si utilizara efectivo?
¿Puede permitirse los pagos mensuales?
¿Qué otras cosas tendrá que sacrificar para poder pagar las cuotas mensuales?
¿Qué TAE le cobran? ¿Podría conseguir condiciones mejores?
¿Le cobran otros gastos no incluidos en la TAE?
¿Cuánto supone el coste total?
¿Cuánto subirán las cuotas mensuales si suben los tipos de interés?
Fuente: finanzasparatodos.es