1. No establecer metas personales
Un sueño es solo un sueño, mientras que un proyecto es un sueño con un plan. ¿Quieres comprarte un carro en el futuro, adquirir una vivienda o estudiar una maestría? Es fundamental que te fijes un objetivo y calcules qué debes hacer para lograrlo, tanto en términos personales como financieros. Fíjate metas concretas.
2. No hacer planificación financiera
Muchos jóvenes se sienten incómodos restringiendo sus gastos a un presupuesto, pero sin éste, es muy fácil que los gastos se vayan de las manos. Sin un presupuesto es difícil ahorrar, cumplir metas importantes o aun llegar a fin de mes.
3. No fijarse metas de ahorro
Los 20s es la mejor década para empezar a ahorrar. Es también la década en que usualmente empezamos a enfrentar nosotros mismos nuestras propias emergencias. Por ello tener un fondo de ahorros para ese fin resulta indispensable. Fijarse una meta de ahorro mensual e incluirla en el presupuesto es la manera más fácil de conseguirlo.
4. No poner límite al rubro “Otros”
Los pequeños gastos diarios pueden sumar mensualmente mucho dinero y es fácil perder la cuenta. Para controlar estos gastos, establece un monto diario para ellos según lo que te indique tu presupuesto.
Fuente: PQS