Tener la tranquilidad y confianza de que el seguro que contrate, sea este de vida, accidentes, salud o daños materiales funcione, es el anhelo de todo ciudadano que busca el servicio.
Su cumplimiento está garantizado en normas y obligaciones legales, las cuales señalan que las empresas aseguradoras tienen la obligación de cancelar el seguro contratado o la parte correspondiente a la pérdida debidamente comprobada, de acuerdo a los casos.
Por ejemplo, el Código Orgánico Monetario y Financiero, en el libro 3 de la Ley General de Seguros en el artículo 42, indica que las aseguradoras deben cumplir con el pago del seguro dentro del plazo de 30 días de presentada la reclamación por parte del beneficiario. Este deberá acudir con la documentación correspondiente.
Así también en el artículo 53 señala que dichas empresas están obligadas a informar a la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros las deficiencias del capital mínimo legal, o de inversiones con las cuales debe respaldar sus reservas técnicas. Esta es una de las maneras que la normativa garantiza que la empresa debe funcionar correctamente.
Esta ley, al igual que el Reglamento General a la Ley General de Seguros, las resoluciones de la Superintendencia de Compañías, de la Junta de Políticas y Regulación Monetaria y Financiera; y las normas de prevención de lavado de activos, tributarias y seccionales aseguran al ciudadano que las empresas de seguros cumplan adecuadamente.
A pesar de esta garantía, ¿Existe cultura en los ecuatorianos en contratar seguros?
Según un estudio de Oriente Seguros, sobre el comportamiento del mercado nacional, son tres las razones por lo que la cultura de seguros es baja en el país.
Estas son:
- Por falta de credibilidad: Los consultados en el estudio coincidieron en que muchas personas creen que los seguros incumplen con su palabra. Sin embargo, como se mencionó al inicio, las leyes respaldan el cumplimiento de la oferta de seguros.
- Percepción de los costos: El análisis de mercado menciona que existe la creencia de que los seguros son costosos, por lo que la ciudadanía lo percibe como un gasto y no como una inversión. El director de Marketing de la aseguradora, Paulo Salazar, recalca que la realidad es otra. “Un seguro representa respaldo y protección al patrimonio y su inversión ante un evento imprevisto. Contar con un seguro permite que el afectado no desembolse su dinero para restablecer los bienes perjudicados en un evento de riesgo, y no pierda”, agregó.
- Desconocimiento sobre el funcionamiento: Surge por la percepción de que el proceso de contratación de seguros puede ser complejo y no genera interés en conocerlo. “La educación es una labor a la que estamos llamadas todas las empresas del sector, es vital para aclarar las dudas, pero, sobre todo hacer que el sector deje de ser visto como complicado”, comentó.
Salazar ejemplifica que el terremoto ocurrido en Manabí en el 2016 y, la reactivación de algunos volcanes como el Cotopaxi, impactaron en el comportamiento del mercado sobre la contratación de seguros. “Estos eventos impulsaron algunos segmentos de seguros, pero una vez pasadas las coyunturas, la contratación bajó”, explicó.
La participación de este sector en el país sobre el Producto Interno Bruto (PIB) llega al 1,7%.
Fuente: El Universo