7 errores con el dinero que las mujeres debemos evitar

1. Dejar que tu pareja maneje tu dinero:

El dinero y lo que hacemos con él entran en el terreno personal. Por eso a ti y a nadie más le corresponde tomar decisiones sobre él. Así que, por favor, por más cercanía, afecto o amor que sientas por alguien, mantén el control de tus finanzas. 

2. Abusar de las compras: 

A todas nos ha sucedido: Terminar en una tienda de ropa o zapatos después de haber tenido un mal día. No está mal, todas necesitamos apapacharnos un poquito… Sin embargo, no se trata de convertirlo en una forma de vida. Así que, cuidado con tus compras.

3. Dejar tus decisiones en mano de otros:

No dejes que otros asuman las responsabilidades que te corresponden sólo a ti. Al hacerlo estás delegando tu toma de decisiones y esperando a que alguien te resuelva la vida. Así que aunque te dé flojera, haz la tarea y decide por tu cuenta. Nadie verá por ti como lo harás tú misma. 

4. Querer resolver todo:

¿Te ha pasado que estás estresada porque a tu amiga, marido o papás no les alcanza para pagar la tarjeta a fin de mes?  Si todos hiciéramos sólo lo que nos corresponde el mundo sería mejor. Entonces ¿Por qué querer arreglarle la vida a todos? Relájate, la única vida que hay que arreglar es la tuya y ordenar tus finanzas es un inicio espectacular.

5. No invertir: 

Invertir es un must en la vida financiera como lo es aprender a nadar. Da miedo, sí. Incluso puede que lo veas como algo que no es necesario, pero ambos te pueden salvar la vida en momentos de crisis. El secreto para dominar ambos es empezar poco a poco, con lo básico. Quién sabe, quizá mañana estés invirtiendo en la Bolsa.

6. Querer rescatar a los demás: 

¿Eres la clásica hermana que acaba pagando la cuenta de los hermanos más pequeños (aunque ya estén en edad de trabajar) o a la que todos buscan siempre que necesitan algo? Si es así, ¡Por favor, para!  Y es que si lo piensas, muchas veces sales perdiendo. Cuida tu dinero, te cuesta mucho ganarlo como para andarlo regalando así nomás.

7. Sentirse culpable:

Es duro, pero hay que armarse de valor y aprender a decir que no. Por más que nos sintamos culpables debemos entender que a veces decir sí nos puede hacer daño. Así que evalúa bien la situación ante la que te enfrentas y si sabes que es algo que no quieres o no es bueno para ti, no dejes que la culpa te supere y aprende a decir que no.

Fuente: Piggo

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