Para obtener los fondos que den empuje a tu empresa, puedes apoyarte en socios o inversores, usar tu propio dinero o el que genera el negocio, o bien buscar alternativas de financiamiento externo.
Hay varias formas de financiar un negocio en marcha a través del sistema bancario. A continuación describimos algunas de las alternativas disponibles en el mercado local:
- Acuerdo en Cuenta Corriente.También conocido como sobregiro o descubierto, permite emitir cheques o usar dinero, dejando la cuenta del banco con saldo negativo hasta un monto acordado y a una tasa preestablecida. Se utiliza habitualmente para atender pequeñas necesidades de fondos. Es una forma relativamente cara de financiarse, por los que se sugiere utilizarla por pocos días, como «último recurso». Habitualmente, los bancos otorgan en esta línea un porcentaje de entre un 10 y un 20% de tu facturación mensual, es decir, un monto equivalente a 2 o 3 días de ventas brutas.
- Cesión (o venta) de Cheques de Pago Diferido (CPD). Es una de las formas más sencillas de financiarse en el corto plazo. Se utiliza para varios fines, por ejemplo, para compensar el desfasaje entre compras y ventas, o para cubrir necesidades acotadas de capital de trabajo. Consiste en cederle al banco los cheques de pago diferido en poder de tu empresa, producto de tus ventas. A cambio, el banco te acredita el monto de esos valores, descontando el interés (por ejemplo, podrías recibir un monto de $9500 en tu cuenta al vender un cheque de $10.000). Esta es un de las maneras relativamente más baratas y fáciles de tomar crédito. Por lo tanto, los bancos otorgan entre 1 y 2 meses de tu facturación mensual en esta línea.
- Tarjeta de crédito empresa. Es una tarjeta de crédito, pero a nombre de una persona jurídica. Puede ser usada tanto por el titular de la firma, como de cualquier empleado al que la empresa asigne. La tarjeta corporativa se utiliza para ordenar los gastos diarios de tu empresa y funciona como una línea más de crédito, ya que el pago se realiza tras el vencimiento, como en el caso de las tarjetas personales. Algunas tarjetas pueden ofrecer descuentos en rubros afines al negocio, como ventaja adicional.
- Préstamos. Es la forma de financiamiento tradicional, en la que el banco entrega a la empresa una cantidad de dinero que luego se repaga en cuotas. Las variantes son muy amplias de acuerdo con sus elementos clave (plazo, destino, etc.). En general, lo que determina el plazo, es el destino de la financiación, que puede ir desde el pago de aguinaldos hasta grandes inversiones. En la actualidad, los plazos más comunes van desde 3 a 36 meses. En la medida que el plazo se alarga, es habitual que los bancos soliciten a los socios de la empresa que garanticen en forma personal este tipo de líneas.
- Leasing. Se trata de una forma de alquiler con opción de compra, que puede utilizarse para adquirir vehículos, maquinarias u otros bienes de gran valor. El plazo de pago suele ser de entre 36 y 60 meses, según el destino; una vez finalizado, el bien se puede devolver o se puede completar su compra a un valor preestablecido, más bajo que el del mercado, atendiendo las erogaciones realizadas a modo de alquiler y el desgaste del bien durante el tiempo en el que ya fue usado.
- Otros. Si las alternativas anteriores no se ajustan a las necesidades financieras de tu empresa, no te desanimes. Estas solo son algunas de las formas de crédito más comunes. Hay otras formas de financiarse. No dejes de consultar con tu banco o un especialista para encontrar el modelo más adecuado a tu necesidad.
Ten en cuenta que, en general, los bancos ofrecen paquetes tipo «combos»que pueden incluir un mix de estas alternativas con montos o límites prepactados y operaciones online que te permiten acceder más rápido al financiamiento ante la necesidad de fondos.