6 buenos hábitos de ahorro en la compra del supermercado

12 Jul    Ahorro, Banco Estudiantil

Hay muchas buenas prácticas de compra que hacen posible un ahorro considerable en la cesta (mejor cesto, porque es bastante grade) del hogar. Pero hay un denominador común sin el cual no será posible semejante beneficio: hay que ser constantes en la aplicación de los buenos hábitos de consumo y hay que aplicarlos en conjunto, no un día uno y otro día otro y la semana de más allá el nuevo que me han contado ahora.

En esto del ahorro en la compra del supermercado, pasa lo mismo que con la operación bikini, si lo pones en práctica sólo cuando te aprieta (la ropa o el bolsillo) no sirve para casi nada. Y no hablamos de un ahorro de poca monta. Tanto la alimentación, como el resto de los gastos derivados del mantenimiento del hogar, (entiéndase limpieza y aseo personal como mínimo), son una de las partidas más abultadas a lo largo de un año de cualquier hogar, esté habitado por más o menos miembros.

Según el Informe del Consumo de Alimentación en España, realizado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cada español invirtió durante el 2016 una media de 1.528 euros en este tipo de productos, y no están incluidos los de aseo y limpieza.

3 buenos hábitos previos a la compra

1. Almacenaje. Lo primero es que consigas tener un lugar espacioso, o varios más pequeños, donde poder almacenar los productos que encuentres de oferta en un momento determinado. Si habitas en una vivienda pequeña es más difícil, pero también se puede; debajo de la cama, por ejemplo, bien colocadas o en cajas tipo Ikea, ni te imaginas la cantidad de cosas que pueden caber, sobre todo útiles de limpieza y baño. De esa manera te quedará más espacio en la cocina o despensa para los productos alimenticios no perecederos, o perecederos pero a largo plazo, que puedes adquirir en ofertas tipo tres por dos, o segunda unidad a mitad de precio, o similares. Ya sabes que no hay que colocar en un mismo armario productos alimenticios y productos de limpieza. Para los productos alimenticios frescos disponer de una buena capacidad de refrigeración o congelación también es importante. El pescado, por ejemplo, pero también algunas carnes, sufren oscilaciones de precio muy fuertes en poco espacio de tiempo, si aprovechas los periodos a bajo precio para comprar y congelar, probablemente puedas salir airoso cuando su valor sube, pudiendo esperar a que bajen para comprarlos de nuevo.

2. Organización adecuada. Una buena organización te facilitará el segundo buen hábito que consiste en no salir nunca a la compra sin la lista preparada por grande o pequeña que parezca. La famosa lista te ayudará a no comprar más de la cuenta, ni tampoco menos. Si compras de más estás gastando en cosas que no necesitas y hasta puede que tengas que terminar tirándolas. Si compras de menos, tendrás que salir a hacerlo de nuevo y ya no mirarás los precios porque la urgencia te hará comprarlo en el primer sitio que encuentres.

3. Fidelización del supermercado. Y esto de la urgencia da paso al tercer buen hábito de compra: comprar siempre en los mismos supermercados o tiendas. Esto te permitirá, por un lado. Aprovecha al 100% las herramientas de fidelización que ofrece un supermercado determinado, y por otro no te centres exclusivamente en un único lugar porque puede que no todos los productos más baratos o de una calidad satisfactoria estén en él. No se trata de que te recorras los de toda la ciudad. Elige aquellos supermercados que tengas más cerca de casa, o de camino al trabajo o los que más te gusten y te ofrezcan algún tipo de ventajas, aunque tengas que desplazarte un poco más para acceder a ellos. En poco tiempo podrás hacer una buena selección de dos o tres que te garantizarán unos buenos ahorros sostenidos. En algunos puedes conseguir, de vez en cuando, hasta más de un 15% de descuento, alcanzando una cantidad determinada de gasto. Si dispones de espacio para almacenar (punto primero) te puedes aprovechar y ahorrar bastante dinero.

3 buenos hábitos de ahorro durante la compra

1. El primero de esta serie, aunque te pueda parecer poco importante, consiste en elegir bien la hora y el día de la compra. El tiempo es oro y ahorrar en tiempo también es importante. No tienes por qué comprar de todo cada día. Una compra semanal o incluso quincenal para algunas cosas será suficiente. Al realizar tu compra de manera más espaciada y con menos prisa podrás centrarte más fácilmente en las promociones. Si vas conociendo la dinámica de los establecimientos en los que compras de forma habitual, sabrás también qué días de la semana o del mes están más desabastecidos y evitarás comprar en ellos. Y descubrirás cuándo suelen sacar a la venta las mejores ofertas y qué horas de la mañana, o de la tarde, son las más propicias para no encontrarte con colas interminables a la hora de pagar.

2. El segundo buen hábito de esta serie te evitará las colas ¡Anímate a pedir tu compra online! Puedes hacer tu compra desde un dispositivo fijo o móvil a cualquier hora y desde cualquier lugar. Además de ahorrar gastos en los traslados te beneficiarás también de ofertas y promociones que algunos establecimientos hacen solo si compras a través de Internet, pues buscan aumentar el número de clientes que utilicen esos canales. Si te asusta un poco realizar la compra online, te recomiendo que empieces por pedir productos no perecederos, como indicas la marca, no puede haber trampa ni cartón. Si te vas sintiendo satisfecho con el servicio, y tienes confianza en ese supermercado, da un paso más comprando productos frescos. A no ser que seas un gran especialista a la hora de elegirlos, no vas a notar mucho la diferencia, porque si eres de los que no distingues muy bien un gato de una libre, lo mismo te va a dar hacer la compra en la tienda física o la virtual. Pero si detectas que en el envío online te están metiendo el gato, reclama y ni una más santo Tomás.

3. Y, por último, lo que ya señalé como denominador común al empezar, pero que no está demás insistir en ello: la constancia en la utilización de todos los hábitos indicados. Cada uno por separado puede suponer solo un ahorro pequeño y puntual, pero la suma habitual de todos ellos sí supone un ahorro considerable, que merece mucho la pena tener en cuenta. Grano a grano se llena el granero.

Fuente: Superintendencia de Bancos