Los millonarios son una ‘especie’ como rara. Por algo será que solo un pequeño porcentaje de la población mundial la que logra alcanzar la suma suficiente para tener su tranquilidad económica. Normalmente se caracterizan por tener una mente fuerte, capaz de sobreponerse a las dificultades, la mayoría de ellos dice que el dinero viene después de hacer algo que los apasiona realmente y que la mayoría son deportistas y lectores voraces.
Precisamente, Benjamin Davis, fundador de ‘Budgets are sexy’, con doctorado en planeación financiera de Alemania se puso en la labor de entrevistar a 19 personas cuyas fortunas las lograron por sí mismos, con el propósito de aprender las técnicas con las cuales acumularon su riqueza. “Encontrarlos fue una pesadilla. A veces sentía que era una pérdida de tiempo, en otras, creía que me había ganado la lotería y que aprendía cosas nuevas que no hubiera aprendido si no hubiera hablado con ellos”, dijo el autor.
Davis logró hablar con todo tipo de millonarios, desde arrogantes a humildes, banqueros o agricultores. Unos cuantos hablaron de cómo obtuvieron su patrimonio, pero todos, según el autor, hablaron de forma inconsciente de las cosas que se pueden aplicar para su propio viaje a la prosperidad. De esta manera logró reunir las 6 lecciones financieras que aprendió de ellos para alcanzar la riqueza, de manera que cada quien las pueda poner en práctica para la vida diaria.
Lección 1. La vida es mucho más que dinero
Davis conoció a Antonio, una persona desesperada por convertirse en millonaria. Él quería probarle a su padre de lo que era capaz y nunca contó lo mucho que se sintió lastimado por su padre, pero Davis alcanzó a percibir cierto rencor en sus relatos. “Él me contó que el mayor error fue apenas haber vivido una vida”. Antonio no disfrutó de una cena con la familia o una torta preparada por su esposa. Solo pensaba en cómo hacer crecer su negocio y hacer dinero y más dinero.
Antonio manejaba un negocio mediano de venta de maquinaria agrícola. En esos días, él viajaba de poblado en poblado para encontrar agricultores que se convirtieran en clientes. Ahora, él permanece en la sede central y envía a sus empleados a buscar compradores. “Parece como director que está coordinando su orquesta”, explica Davis.
Lección 2. Ama lo que haces, el dinero llegará después
El protagonista de esta enseñanza es Jose, una persona que nunca creyó volverse millonaria con su negocio de venta de tejas. “Nunca pensé que alguien podría tener una vida decente vendiendo esto, incluso cuando siempre me encantó trabajar en renovaciones de hogar y tejas”, indicó Jose.
Esto puede parecer raro, pero Davis recuerda que Portugal tiene una historia relacionada con las tejas, ladrillos y piedras. Si alguna vez visita Lisboa podrá darse cuenta de ello. Así que Jose, sabiendo que quería ser rico, empezó a probar con diferentes negocios, en busca de uno que fuera muy rentable, hasta que arrancó en la venta de finca raíz.
Pero él jamás ganó una suma importante de dinero vendiendo casas. El mercado era muy volátil y la quiebra de 2008, dado el tamaño de su ciudad, que sin duda era diferente a Londres o Nueva York, el negocio no volvió a ser el mismo. Después de preguntar mucho, incursionó en el negocio de las remodelaciones, pero se dio cuenta que lo que más le gustaba era trabajar con las tejas y eventualmente se volvió multimillonario con este negocio. “Ahora cuando la gente me pregunta qué hago, les digo con orgullo que vendo tejas”, indicó Jose. Por poco que pueda parecer el trabajo que hace, si lo ejerce con pasión y orgullo puede ser el camino para el éxito.
Lección 3. Asumir riesgos es parte de la construcción de bienestar
“Tuve que hipotecar la casa sin preguntarle a mi esposa. Ella me habría matado si se hubiera enterado”, dice el personaje que contó esta historia, que por el bien de él, Davis lo llamó “A”. “A” en definitiva fue el más rico de los que Davis entrevistó aunque no dio el dato exacto del patrimonio que logró acumular.
“A” tenía una buena vida, se casó con la más bonita de su ciudad y a los 25 años era dueño de dos casas (fue un logro de 50 años atrás, cuando nadie tenía casa en su pueblo, solo los ricos podían darse ese gusto). Cuando Davis preguntó cómo había logrado ser rico, él le contó que se volvió millonario después de poner en riesgo las dos casas que había comprado.
El dinero lo utilizó para un negocio de motocicletas, lo cual era un lujo para unos pocos en el momento en que hizo la jugada. En ese momento fue una decisión muy arriesgada, con el tiempo la propiedad donde tenía su negocio fue puesta en venta y decidió hipotecar su casa nuevamente para comprar el negocio. “A” sabía que no era una movida inteligente al comienzo, las ganancias del negocio eran bajas pero unos cuantos meses después, logró vender su negocio de motos pero mantuvo la propiedad.
“El tipo que me compró la venta de motos no me quería pagar las utilidades acordadas, así que en vez de eso, le empecé a cobrar más por el arriendo de mi propiedad y ¡él estuvo de acuerdo!”, dijo “A”.
Este personaje se dio cuenta que podía hacer lo mismo con otros negocios, crear negocios de motos para ser el dueño de las propiedades, venderlo y mantener la titularidad del inmueble, lo que hizo recordar a Davis la historia de McDonald’s, que era muy parecida.
Lo interesante es que “A” retuvo el primer negocio donde empezó a ser dueño de esos inmuebles y ahora su empresa ahora está en manos de la segunda generación familiar.
Lección 4. El dinero no puede quedar quieto en el banco
Tanto el famoso “A” como otros millonarios enseñan que el dinero no puede estar guardado en el banco y hay como 100 maneras de ponerlo a trabajar. Muchos millonarios están de acuerdo en que si hay mucho dinero guardado, puede parecer bastante en la parte superior, pero en el fondo puede que se esté perdiendo.
Ellos entienden bien que el dinero pierde su valor debido al poder que tiene la inflación. La mayoría de ricos que fueron entrevistados vivieron en periodos con inflaciones altas entonces, hacen dinero más rápido del que pueden gastar para mitigar el riesgo que tiene este componente económico.
FUENTE: FINANZAS PERSONALES